Nació en Jinotega, Nicaragua en 1963.
El oficio, empezó en su memoria, desde cuando era apenas un niño de seis años. Su insistencia en querer llegar a ser pintor lo hizo coincidir a los doce años, en el taller de un fotógrafo en la ciudad de Estelí. Este pintor no era sino retocador de fotografías. Puede, que de esta práctica en la pintura y en el retoque de fotografías le haya nacido a Mauricio Rizo, el gusto por el detalle minucioso y el juego y efecto de luces a contraluz, factor común de sus retratos, paisajes, personajes y bodegones.
Antes de los ochenta Mauricio Rizo, practicó el retrato pictórico un tanto comercial y luego se acercó a grupos y a ciertos libros de arte desde donde se introdujo en el mundo del paisaje donde es bastante reconocido. Mauricio Rizo ha evolucionado hacia un estilo más bien libre, personal y de difícil imitación. En él, predomina un tratamiento particular que da a la luz a la atmósfera y al empaste.
Reconocido por su especialidad en el paisaje, su pintura muestra predilección por los efectos de luz crepuscular y nocturnos, donde bajo criterios de composición rigurosa, el cuidado en las calidades matérica y grandes efectos luminosos, explora asuntos meramente plásticos que exhaltan al observador, aplicando los principios clásicos de la pintura renacentista. Los mismos criterios se aplican a sus bodegones los cuales explora recientemente.

El maestro Rizo es un orgullo para Nicaragua, y orguloosamente jinotegano. Es un verdadero artista y maestro de la pintura artística.